Hace demasiado tiempo que no os escribo. Y, antes de nada, lo siento. Pero la verdad es que es increiblemente dificil ser cronista de cine en los tiempos que corren. Sobre todo en un caso como el nuestro, en el que apenas nos conocemos. Si nos conociéramos mejor, podría tirar de todas mis herramientas, de todos mis truquitos que sabemos que os gustan, y salir así adelante. Pero aún no hemos llegado a ese punto. Esta franquicia aún no da para eso.
El caso es que apenas sale nada nuevo. Obviamente, no hay estrenos en los cines, porque, y recemos para que no vaya para largo, no hay cines. Y me da reparo recomendaros cosas para ver en las distintas plataformas digitales, porque eso ya sería imponer mi voluntad sobre la vuestra, y, si nos conocemos en algo, sabréis que eso no va conmigo.
Así que, qué? Tirar por la nostalgia? En nuestro podcast, “Cine por los Codos”, somos muy nostálgicos, pero cualquier cosa que escribiera aquí, si ya lo hemos contado allí, sería una versión diluida. Floja. Sosa. Siempre mejor la versión original, aunque la remake sea del mismo creador.
Podría ampliar sobre el primer artículo que os escribí. Tengo cientos de anécdotas sobre mi vida de cinéfilo, y de mis años trabajando en distintos sectores del mundo cinematográfico. Pero es muy pronto para eso, no? Una secuela, así, de repente, cuando aún ni siquiera sé si os ha gustado la primera parte? Y sí, nos podríamos echar unas risas, y (espero que) lo pasárais bien, pero no tendría mucha sustancia. Sería más de lo mismo. Secuelas fuera.
Podría leer otros artículos de cine de por allí y darle mi toque personal. Pero lo que está allí fuera, en las redes, está para siempre. Y tarde o temprano, me pillarían. Qué digo? Es un “homage”? Un “reboot”? O admito que ha sido un plagio descarado?
Podría intentar acercarnos más, y os podría dar más motivos por los cuales amo el cine. Pero quizás no sea ahora mismo la misma persona que cuando escribí los otros artículos. Parafraseando una serie que amo, no somos más que agua de mar, visitando la orilla en forma de ola, y volviendo a formar parte del océano. Yo soy capaz de montarme maratones de cine y disfrutarlos como el que más. Pero ahora, encerrado, no es lo mismo. Cuando empezó todo esto, me puse a elaborar una lista nombrando todas las películas que veía por primera vez durante la cuarentena. Llevo más de 300. De algunas ni me acuerdo ya. Y hay muy poco que me haga disfrutar. También asumo parte de culpa de esto, ya que mi, cada vez más, frágil estado emocional (tengo ciclotimia y trastorno severo de ansiedad, pero eso lo podemos comentar otro día), hace que no pueda soportar gran cosa más compleja que películas de “kickboxers” de los 90. Creo que he visto más de ese subgénero estas semanas que en todos los noventa. Y no las disfruto precisamente. Lo que vengo a decir con eso, es que, si me pongo a pontificar sobre lo que me encanta del cine, en este estado, puede que no concuerde al 100% con lo que he os escrito hasta ahora. Quién sabe: quizás hasta me contradiga. Y ya sabéis lo mal visto que está no respetar el canon.
Y si soy un poco más pillo? Hablo cinco idiomas. Podría buscar alguna página poco conocida extranjera, algo que me inspire, y darle un toque más… de aquí. No, va a ser que no. La gente nunca le coge cariño a una versión de una obra extranjera. Los pocos que sí siempre se defienden diciendo que a ellos no les van los subtítulos. Pero esto es un artículo escrito. Lo único que tiene son subtítulos.
Podría colgar episodios de Cine por los Codos y dejar ocurrencias varias en texto acompañándolos. Pero eso casi es como un extra de Blu-Ray. Un comentario del director. Es contenido adicional, no el producto principal.
Solo estamos en el tercer artículo, y mi mente, como la industria del cine, está en pausa. Pero no una pausa nítida, digital. Estoy en pausa VHS. Las imágenes tiemblan, mientras dos rayas horizontales de nieve atraviesan la pantalla de mi pensamiento. Mi padre me dice “pon eso ya, que se van a quemar los cabezales”.
Demasiado tarde.
Son malos tiempos para la lírica, y nos quejábamos de tanto remake, reboot, homage, adaptación, falta de respeto al cánon. Pero ahora, que nos enfrentamos a nada, será que nos podamos conformar con eso?
O podemos hacer que el público se entretenga con algo atrevido? Algo original? Algo como esto, que no va de absolutamente nada?
Como Seinfeld.
Oh.
Mierda.
Toni “McGinty” Rodriguez
américa astrofísica capitalismo chile ciencia cine confinamiento coronavirus covid19 crisis cultura derechos civiles derechos humanos derechos laborales desigualdad ecología economía empleo entretenimiento españa estados unidos feminismo historia internacional internet investigación latinoamérica legislación medicina medioambiente neoliberalismo opinión pandemia patrocinados política postcovid19 racismo redes sociales salud sanidad servicios públicos sociedad sociología tecnología unión europea